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La felicidad no se reduce al bienestar afectivo de un organismo adaptado asu medio. El hombre debe reflexionar para construir su vida según unosvalores. No puede desatender ni su libertad, ni su responsabilidad ante elcompromiso voluntario de su acción. Ser feliz supone que el hombre seacapaz de lograr un equilibrio que supere sus contradicciones y sus conflictos.Si el hombre quiere ser feliz, no debe olvidar que la felicidad es el resultadode una conquista primero sobre él mismo y luego sobre un mundo en elque debe tener en cuenta no solamente las fuerzas naturales, sino también alos demás hombres.
Margot, J.-. P. (2007). LA FELICIDAD. Praxis Filosófica, (25), 55–79. https://doi.org/10.25100/pfilosofica.v0i25.3112